Conseguir tres títulos en una misma temporada es considerado poco menos que una utopía por los profesionales, pero cuando se logra, no cabe más que denominarlo como hazaña histórica por la dificultad que conlleva, más aún si se tiene en cuenta que tan solo seis conjuntos han logrado el deseado Trébol Europeo a lo largo de la historia del fútbol (Céltic Glasgow, Ajax Ámsterdam, PSV Eindhoven, Manchester United FC, FC Barcelona y Inter de Milán). Siendo únicamente los éxitos de PSV en 1988, y sobre todo, de Inter la pasada campaña, no fruto de una cantera prolífera, sino más bien del buen hacer táctico de los entrenadores, así como del compromiso y experiencia de la que gozaban sus plantillas. Por lo que queda demostrado que depositar confianza en las categorías inferiores suele ser sinónimo de éxito, siempre que exista una planificación adecuada, y factores en ocasiones determinantes como la suerte sean favorables.
Pero a pesar de ello, puede resultar ventajista acordarse de la cantera tan solo cuando se producen acontecimientos increíbles como el ya mencionado de conquistar la Triple Corona. Pero ya sea por ventajismo o conveniencia, no se le debe quitar mérito, porque detrás de ese triunfo está el trabajo y compromiso de numerosos profesionales, que realizan una función vital, aquí radica el mérito. El éxito será la consecuencia de la dedicación y de la capacidad de la que se disponga, y como no, de la influencia de la suerte. El ejemplo más claro sucedió hace poco más de un año, cuando un Barça repleto de canteranos se adjudicó su sexto título en una misma temporada. Suceso histórico para el deporte, pero cuya ocurrencia es sumamente improbable, y en estos casos, la probabilidad es inversamente proporcional al tamaño de la repercusión que se origina en caso de conseguirlo. Por ello que la repercusión sea un privilegio de la que pocos pueden gozar, pero que muchos se merecen, y afortunadamente el éxito azulgrana ha sido capaz de compartir su repercusión con otros conjuntos que depositan la confianza en las futuras, y no tan futuras generaciones, convirtiendo a cualquier club preocupado por su cantera en una ebullición de halagos y valoraciones positivas.
Actualmente muchas cosas han aumentado en consideración. No es casualidad de que un club nutrido, casi en su totalidad, por su pedrera sea uno de los únicos tres clubes cuya andadura siempre ha estado ligada a la Primera División, no es otro conjunto que el Athletic, cuya cantera, Lezama, vuelve a poseer el prestigio que se merece, y que lleva en volandas a la institución a la que pertenece. Porque aunque la suerte sea fundamental, no es la única responsable de la 5ª plaza de un conjunto bilbaíno que comienza a codearse con los grandes de la mano de jugadores consagrados, como Fernando Llorente y Javi Martínez, o el último cachorro salido de Lezama que afronta su madurez, Iker Munian, una de las sensaciones de la Liga dado su desparpajo en dar a conocer sus aptitudes, dignas de un gran futbolista. Pero si se menciona al Athletic, es obligatorio hablar también del Villarreal, porque esa tercera posición, ese gran juego desplegado y esa candidatura a futura alternativa al título, no tienen su fuente únicamente en el azar, sino que es un reflejo del esfuerzo realizado durante tantos años en las categorías inferiores. Labor que también ha sido realizada en el Espanyol, y que han respondido a su déficit económico con la aparición de jóvenes futbolistas, más que válidos para el equipo, siendo esto una virtud más que una simple solución a sus problemas, los cuales no les permite garantizar que el futuro de esos jóvenes talentos esté ligado al club.
Por último, habría que destacar los casos de clubes más humildes, como el Sporting, cuya cantera es su mejor arma en su lucha contra el descenso, como fuera la del Athletic o Espanyol cuando atravesaron malas épocas deportivas, porque si alguien va a defender el prestigio de un club, sudar la camiseta y luchar por no manchar su escudo, sin duda van a ser las generaciones procedentes de las categorías inferiores, formando una rígida simbiosis con la entidad a la que pertnezcan y a la vez representen, siendo esta la forma más accesible de garantizar el compromiso, no tan solo de jugadores, sino de una afición que verá representada a la ciudad a la que pertenece su club, rompiendo con ello, el duopolio, tanto social como deportivo, que posee nuestro campeonato.
Aitor Soler
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Pues si, desde luego que la cantera siempre es importante... y aunque no lo hayas nombrado, sé que piensas que el Madrid no trabaja bien con la cantera, cosa que yo también estoy de acuerdo... pero bueno, llegará algún día en el que el Madrid vuelva a ser grande por los canteranos, como en la Quinta del Buitre... y sí, opino que los méritos de estos equipos y su repercusión son mayores si están formados en su mayoría por canteranos... y encima la satisfacción es triple.
ResponderEliminarEs una parte que me hubiera gustado nombrar también en el artículo pero hubiera sido ya demasiado complejo.
ResponderEliminarLo de la Quinta del Buitre es un caso que debería hacer al Madrid pensar que tiene motivos para confiar en La Fábrica.
A parte de otros casos como el descenso del Betis o Zaragoza, equipos con muy buenos jugadores que se vieron condenados a la 2ª categoría, y sin embargo plantillas menos cualificadas fueron salvadas por el amor propio de sus jugadores
Hola,
ResponderEliminarel motivo de mi email no es otro que solicitar un email de contacto para una oferta de afiliación online con nuestra casa de apuestas que creemos encontrará de su interés.
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