Tras escuchar las reflexiones sobre el futuro, el trabajo o el paso de los años entre Pep Guardiola y Fernando Trueba que ofrece la campaña publicitaria del Banc Sabadell, uno se percata de que por mucho empeño que pongan unos pocos miserables, el fútbol nunca perderá su humanismo. Todo tema tratado en esta conversación es comparado, por parte del entrenador, con hechos futbolísticos de una manera sencilla y perfecta para la comprensión .
Es uno de estos temas a los que más punta se le ha sacado en las últimas horas, como ocurre cada año. No es otro que el futuro de Guardiola al mando de la plantilla del Barça. Las palabras del de Santpedor, "no hay día que no piense que mañana me puedo ir", han sido motivo para que algunos medios pongan en duda el compromiso de Guardiola con el club. Lo más ridículo es que su presidente haya mordido el anzuelo, y de lleno, enviando un mensaje de tranquilidad a su afición asegurando que harán todo lo posible para que Pep siga en el Barça durante muchos años. Unas declaraciones que denotan una falta de seguridad injustificada.
Las palabras de Guardiola no tienen nada de raro, y la hinchada culé debería estar tranquila con o sin las palabras de Rosell. ¿Cuántas veces hemos escuchado al entrenador decir que no le gustan los contratos largos? Su motor de trabajo es la ambición. Un deseo que se consigue con esfuerzo y sacrificio día a día, y que no es permanente. Por ello, trabajar a corto plazo se convierte en la dosis de motivación necesaria para no caer en la relajación. Solo así se consigue que el hambre de triunfo de un grupo de jugadores siga intacta. El día que esto deje de ser así habrá que despedirle con el mayor de los honores. Hasta entonces, dejemos trabajar a los que saben.
Aitor Soler
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