Miedo a ganar, un síntoma que ha perseguido al Barça durante los últimos Clásicos. El club catalán ha desperdiciado grandes ocasiones (a veces por méritos del rival, otras por deméritos propios) para asestar un golpe definitivo a su máximo rival. El equipo entrenado ahora por Tito Vilanova, se ha empeñado en resucitar a un club que se vale de sí mismo para ello. El Barça está ante la enésima oportunidad de demostrar que ha superado su vértigo a la victoria.
El primer Clásico de esta Liga llega más pronto que de costumbre, y en cambio, puede ser más decisivo que nunca. Ser determinante en la jornada 7 puede provocar ese pánico que ha atenazado al Barça en los últimos enfrentamientos. El conjunto blaugrana sufre una terrible ansiedad por ganar, los nervios por vencer se adueñan de los jugadores antes de jugar, algo impropio en su estilo. Nervios de los que el Madrid ha sacado petróleo, al juego del club blanco le viene como anillo al dedo el vértigo culé. El defecto del Barça se ha convertido en los últimos tiempos en la principal virtud del Madrid.
Si el Barça afronta el Clásico como en las últimas ocasiones, los nervios harán parecer que es el club catalán el que ha de remontar los 8 puntos, y el equipo de Mourinho, libre de presión, será imparable. El conjunto de Tito Vilanova debe demostrar la madurez que le ha faltado en los últimos enfrentamientos ante el Madrid. La madurez, principal arma del juego culé, hará reencontrarse al Barça con su juego, y será ahí cuando al Barça se le presente de nuevo la ocasión de asestar un golpe definitivo a su máximo rival. ¿Sabrá aprovecharlo esta vez?
Aitor Soler
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