miércoles, 2 de abril de 2014

El muro belga frena la magia de Iniesta

Muchas veces intensidad suele ser sinónimo de partido bronco, donde la agresividad le gana la partida al entretenimiento. Pero hay otras ocasiones en las que se juntan dos colosos, como Barça y Atlético, y es entonces cuando la épica se vuelve arte, y los artistas se vuelven guerreros. Y los aficionados sufren, pero sobre todo disfrutan con sus gestas.

Hazañas que quedan recordadas en el lienzo de la memoria, el museo donde solo tienen hueco las mejores obras. La exhibición de Iniesta es sin duda digna de permanecer eternamente en su mejor galería. El manchego fue un mago entre decenas de guerreros, y su habilidad fue indescifrable para el ejército del Cholo, excepto para el héroe rojiblanco, Courtois.

El fútbol suele recordar a los goleadores, pero las paradas del portero belga robaron toda la gloria al tremendo gol de Diego Ribas. Courtois fue un titán bajo la portería, sus intervenciones sanaron las hemorragias que Iniesta y Neymar comenzaban a abrir en el pelotón colchonero.Manchego y brasileño hubieran firmado que el combate no se detuviera, pero el colegiado señaló el final, y la muralla belga terminó en pie la batalla.

El pitido final fue un regalo para los cansados guerrilleros atléticos, y un frenazo para la avalancha culé, que murió en el intento, y cuyos restos apagaron el intenso fuego de la lucha. Pero las cenizas de la batalla resurgirán la próxima semana, en un escenario propicio para que el batallón de Simeone dé un paso importante en su camino a Lisboa. El Calderón será las Termópilas, donde el Atlético se aferrará a la hazaña de su guardameta. Una fortaleza inexpugnable que solo la habilidad de un mago puede conquistar. 

Aitor Soler

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