sábado, 11 de diciembre de 2010

Perspectivas

El día más grande de la historia del fútbol nacional seguramente fuera el pasado 11 de julio, donde España alcanzó la gloria consiguiendo su primera, y hasta ahora única, Copa Mundial de la FIFA ante una dura Holanda  llevando a cabo un juego preciosista basado en la posesión del balón y en su rápida circulación, virtudes que han conseguido que se utilicen términos tales como "fútbol-arte" o "tiki-taka" como diría el fallecido Andrés Montes, y que también hicieron posible el triunfo en la última Eurocopa y los brillantes éxitos del Barça de Pep Guardiola, de Frank Rijkaard y del inculcor de tal estilo, Johan Cruyff, aunque bien es cierto que tras el juego que desarrollaron los Oranje en la final todos dudamos de que tal filosofía futbolística naciera en el país de los tulipanes.


Parecería de locos pues, negar la belleza de tal juego cuyos resultados además evidencian su éxito. Pues bien, han sido los creadores de este magnífico deporte los primeros en enloquecer, en efecto, los ingleses, que consideran lo que nosotros conocemos como "tiki-taka" una copia avanzada del "catenaccio" (cerrojo en italiano para quien no lo sepa), el estilo futbolístico italiano por excelencia cuyo impulsor fue Nereo Rocco importándolo de Suiza, y que antepone el resultado al juego, y sobre todo al espectáculo, nulo cuando se emplea este método táctico ultradefensivo. Dicho esto resulta difícil ver similitudes entre ambos sistemas, más bien las diferencias son las que saltan a la vista, pero a pesar de esto existe un punto en común que radica en la base de sendos procedimientos, que no es otra que la de evitar los goles en contra, eso sí, uno se lleva a cabo de una manera mucho más vistosa.
Resuelto el confuso enigma cabe descubrir el porqué de la crítica inglesa, que no es otro que la diferencia que radica entre el juego británico y los dos anteriormente explicados; si la conclusión de estos era que su base es la de evitar los goles en contra, la de los ingleses es la de marcar más goles que el contrario, un ejemplo de la consigna de que la mejor defensa es un buen ataque y que se pone a prueba durante cada jornada de la Premier League, la liga inglesa, basada en un juego vertical y rápido, con o sin posesión, y también agresivo, pero no por ello extremadamente violento.
La diferencia es más visible si nos atenemos en el tipo de jugadores y sus características que hay en cada liga, ya que en España prima el talento de los peloteros que sepan cuidar y guardar el balón, y que impongan su ritmo a sus compañeros y al partido, jugadores como Xavi Hernández, Xabi Alonso, Borja Valero o David Silva (actualmente jugando en el Manchester City). Mientras tanto en el Calcio escasea este talento, ya que salvo algunos diamantes en bruto que salen de vez en cuando la mayoría de los jugadores que surgen del fútbol italiano son luchadores entregados que hacen recordar a los gladiadores de la antigua Roma, hombres-guadaña por llamarlo de alguna forma y que se sienten como pez en el agua a la hora de destruir y en el juego de contacto, como por ejemplo Gennaro Gattuso, Chiellini o Fabio Cannavaro. Por último Inglaterra está considerada una fábrica de jugadores que son capaces de cumplir en todas las facetas del juego y que se desenvuelven tanto en tareas defensivas como ofensivas, los llamados box to box, necesarios en el juego británico, debido a la verticalidad de este, y auténticos correcalles en los encuentros pero no exentos de clase y ni mucho menos de poderío físico, jugadores como Steven Gerrard, símbolo del Liverpool, Frank Lampard, seguramente el mejor jugador inglés de la década dada la regularidad exhibida en los blues, o el joven Mark Noble, que se ha destapado en el West Ham como otro producto del fútbol británico, vertical y rápido, pero que para los amantes del fútbol-arte nos puede resultar desordenado, aunque no por ello menos interesante.

Aitor Soler

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