martes, 11 de enero de 2011

Inquietudes postpartido

Vayamos al grano: la primera cosa que me trae loco es la que menos debería sonar hoy, pero desde luego la que más suena en mi cabeza: ¿Qué narices le pasa al Atlético de Madrid? "Esto es el Atlético, siempre ha sido así y es algo que no entiendo" rezaba resignado Quique Sánchez Flores durante la rueda de prensa de después del partido. Es un comentario que ha despertado mi curiosidad por la idiosincrasia del club colchonero y por el origen de su mayor mal. 

Y mucho ojo, que es un tema de muchísima delicadeza. Cualquiera que pase del fútbol y no comprenda por qué es el tema de conversación número uno dentro y fuera de los bares es incapaz de imaginar, triste y ciegamente, que algo tan íntimamente relacionado con este deporte sea de corte tan profundo. Porque una dinámica irregular de un equipo que siempre tiene plantillas mediocres o inferiores a la mayoría se explica en sí misma, pero un equipo que invierte cerca de cien millones de euros por temporada solo en la confección y mantenimiento de una plantilla acojonante no puede permitirse que, generación tras generación, esta dinámica que decíamos de la plantilla mediocre sea su abonada número uno. Y el hecho de que no sea cosa de un día, ni de un año, que puede pasar, es lo que me rebana los sesos hasta el dolor. Pido al que me lea y sepa de lo que hablo que eche la vista atrás cinco años y diga en qué difiere aquel Atlético del de hoy. Lo más impresionante de la respuesta es que lo único que cambia, ya digo, increíblemente, es la plantilla. ¡La tendencia es la misma! ¡La dinámica de resultados deportivos del club no cambia! ¿Cómo se explica que un equipo hecho por fenómenos lustro tras lustro repita, año tras año y con diferentes protagonistas, la misma historia de siempre? Es fascinante, pero por lo poco que cuadra. Más que nada porque eso del rollo de la directiva, el cuerpo técnico, la mentalidad de la afición... son factores, si, pero no de tanto peso, más que nada porque los dos primeros cambian casi tanto como la plantilla, así que están en las mismas, y la masa social tiene "más moral que el Alcoyano", luego es más un factor positivo que perjudicial. No sé, ya digo, se me escapa. 

El segundo tema a tratar ha sido inspirado por un comentario de uno de los locutores de la cadena de radio valenciana, Radio Nou, al finalizar una entrevista postpartido a Tote. El comentario era tal que así: "Tote es tan volgut a Alacant perque són molts anys mostrant implicació en la causa del club."

La cita no está exenta de razón, no seré yo quien lo niegue, pero le faltan un par de matices para explicar con relativa exactitud, pues jamás podremos estar en la mente del herculanismo al cien por cien ni en la del zurdo jugador de la capital, el porqué de la fructífera relación Tote-Hércules y viceversa. Ya digo, es cierto que Tote ha mostrado, al menos pública y oficialmente, un grado de implicación en los proyectos que cada año ponía en marcha el club a tener en cuenta. Pero eso también lo ha hecho Sendoa Aguirre, y mira por dónde este chico, aunque querido, no es adorado en un altar de oro. ¿Cuál es la diferencia, pues? 

Sencillamente, Tote tiene eso que en la calle llaman sex-appeal, pero que en fútbol no tiene más nombre que el de carisma. Pero, este carisma, esta capacidad de impresionar y encandilar a las masas... ¿de dónde le viene?¿qué lo constituye? En su caso, talento, descaro, atractivo y apariciones puntuales de vital importancia. En resumen, se ha convertido en un Dios porque hasta ahora nadie puede probar que no lo sea. 

Y por último, la tercera cosa que me interesa tocar es el mismo Hércules. La actuación de ayer, de esta noche, no necesita más citación que la de impresionante, así que seguir hablando de ella es tratar de embellecer mediante palabras lo que las imágenes son capaces de mostrar perfectamente. No, lo que pretendo ahora no es sacar una crónica o una conclusión (que también podría extraerse al analizar el porqué de tanto bien dentro y tanto mal fuera) de lo visto frente al Atlético, sino difundir una tranquilidad necesaria para el futuro y la idea realista de que el fútbol, como la juventud o la belleza, es flor de un día. La prueba, nosotros mismos: 4-1 al Málaga, 3-0 que nos arrima el Mallorca; antes, 2-0 al Sevilla, 3-0 que nos sopla el Getafe; todavía antes, 0-1 nos gana el Athletic, 0-2 le endosamos al todopoderoso Barça. No, si lo del Hércules también es de estudio sociológico. Para que luego digan que el fútbol es simple...

Toni Gázquez

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