jueves, 7 de junio de 2012

Descalabros sobre la bocina

Veinticuatro horas han pasado desde que el señor colegiado señalara el final del partido en el Rico Pérez de Alicante y todavía tengo una pregunta en la cabeza: ¿Por qué, Madia?. Mucha gente que esté leyendo esto puede pensar que este artículo es ventajista por criticar al entrenador que nos ha metido en Play-Off de ascenso. Bien, pues yo digo que este artículo para nada se aleja de una versión constructiva que circula por los aledaños del Club desde que empezó la temporada. Pero esto no es un partido de liga, esto es una eliminatoria a cara de perro, un Play-Off para encontrarse con los mejores, y simplemente por eso, tiene que jugar los mejores. 

Para empezar, ¿dónde está Tote?. Esta pregunta se la hacen los diez mil socios del Hércules desde hace unos partidos. Hemos pasado de ver a Tote en la banda calentando en el min. 20 de partido cuando el Hércules iba perdiendo a verlo en el once titular. Ahora no es que esté en el banquillo, es que no está. Su presencia en la banda es nula, y no es que su participación sea escasa, es que hablamos de Tote como si fuera un mito. Ayer, (y digo ayer porque es el partido más importante de la temporada) se necesitaba su calidad, su visión y su creatividad. Pero de nuevo nos volvimos a encontrar con la realidad de Mandiá, que es la de estar presenciando un partido paralelo. Y no me ciño a Tote, otro ejemplo es el de Adrián Sardinero. Un jugador que está haciendo un final de temporada espléndido, marcando goles y dándole al Hércules, junto con Gilvan Gomes, profundidad a las bandas. Ayer hizo el gol del empate y dejó dos o tres jugadas de calidad por su banda. Pero, como no, en el min. 60, llegó el cambio. Sólo digo que Carlos Calvo ha jugado muy bien, pero su final de temporada está siendo la versión más contraria a la de Sardinero y, sin embargo, sale al campo cuando el Hércules jugaba sus mejores minutos contra el Alcorcón. 


Lo mismo decimos del último cambio: Felipe Sanchón. Entro por Gilvan Gomes cuando faltaban quince minutos. Ahí Mandiá ya se había cargado el partido. Me explico, no quiero decir que Sanchón tenga la culpa, pero nadie mejor que un entrenador, aunque visto lo visto ya no se qué pensar, sabe que Sanchón tiene ciertas limitaciones que pueden suponer un problema en el cuerpo a cuerpo, o en un partido dónde los espacios son nulos. 

Sólo el balón parado hizo que los casi quince mil espectadores que se dieron cita en el Rico Perez pudieran soñar con la victoria, porque el equipo ya estaba "muerto".  Y todo esto, ante la mirada atónita de un crack, que podía haberle dado la vuelta al partido. Quizá me equivoque, pero como nadie puede decir lo que hubiera pasado, yo me quedo con los seis años de Tote, y con sus antecedentes.

Dicho esto, ¡el domingo nos veremos en Alcorcón!.

¡Macho Hércules!

Carlos Bartual

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