domingo, 23 de diciembre de 2012

La gran mentira

El Barça de Tito ya le saca 16 puntos al Madrid de Mourinho. Algo que nadie hubiera imaginado meses atrás. El ciclo victorioso del club blaugrana había terminado, el dominio culé se derrumbaba ante el nuevo imperio blanco. Todo ello, gracias al técnico portugués, el gran artífice del renacer madridista.

Que equivocados estaban. En un deporte tan cíclico como el fútbol, es imposible que un equipo gane todos los títulos que disputa cada año, más aún, si tiene enfrente a una excelente plantilla como la del Real Madrid. ¿Realmente es tan relevante el papel de Mourinho? Más relevante parece el papel de jugadores como Cristiano Ronaldo, Özil o Benzema.

En más de un partido, el que marcó realmente las diferencias fue el enorme talento de los jugadores, y no el planteamiento de Mourinho. En más de una ocasión una genialidad de Özil, una parada estelar de Casillas o un latigazo de Cristiano propiciaba una de las épicas remontadas que se vivieron la temporada pasada. ¿Acaso el Madrid desconocía la épica antes de la llegada de Mourinho? Esas épicas remontadas fueron claves para conquistar la mejor Liga de la historia. Meses después llegaría la prueba de fuego: la Supercopa de España. 

El Madrid tenía ante sí la oportunidad de demostrar que iba en serio. Y lo logró, venció al Barça en la final. Los de Mourinho pudieron haber sepultado al Barça en el abismo aquel 29 de agosto en el Bernabéu. El equipo de Tito era incapaz de detener a un Madrid arrollador, y para colmo, se quedó en inferioridad. Todo apuntaba a un festival madridista, pero por orden de su entrenador, los jugadores se echaron para atrás y concedieron la iniciativa al rival. El Barça, en el Bernabéu y con un jugador menos, encerró en su área al Madrid, que acabó pidiendo la hora. El conjunto de la capital estuvo muy cerca de caer en su propia tumba, aquella que ellos mismos habían preparado para su eterno rival.

No hay nada más contradictorio que decir que Mourinho ha inculcado al Madrid su mentalidad ganadora, cuando el club blanco lleva la victoria grabada en su escudo. Su grandeza le hace ganar por inercia. Pero existe la corriente que defiende que ha sido el técnico portugués quien ha devuelto esa grandeza al club blanco en Europa. En las dos últimas ediciones el Madrid ha alcanzado las semifinales, algo meritorio, pero que viendo el palmarés madridista no debería suponer ningún logro. Más aún, cuando los rivales eliminados han sido Lyon, Tottenham, CSKA y Apoel. El Madrid de Mourinho aún no ha dado la talla en Europa ante un rival serio, un defecto que le ha hecho pasar como segundo en la fase de grupos en la edición de este año. Ante el United y en Old Trafford, Mourinho tendrá la enésima prueba de fuego. Nunca a un entrenador del Madrid se le concedieron tantas.

Con toda esta trayectoria, buena, pero ni mucho menos brillante, muchos han acusado a los medios de dirigir una campaña abusiva en contra del técnico portugués. ¿Acaso no es criticable dar la Liga por perdida en diciembre? ¿Ni tampoco ser inferior en el Bernabéu ante los grandes de Europa? ¿Tienen los medios la culpa de que Essien sea un coladero de lateral derecho (lógico, no es su posición)? Curioso que luego el técnico luso se tire flores autoproclamándose como el entrenador que más confía en la cantera y prefiera a Essien por delante de Nacho jugándose sus pocas opciones en Liga. Curioso que se proclame como the only one cuando lo mejor que se le ocurre para dar la vuelta al marcador es situar a Ramos de 9 o confiar en Kaka', jugador que está más fuera que dentro del club blanco.

Lo más curioso de todo es que aún quedará alguno que culpe a Casillas de todo esto, y no al verdadero culpable. ¿Quién es más tonto, el tonto o el tonto que lo sigue?

Aitor Soler

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