miércoles, 31 de julio de 2013

Bale, ¿el nuevo Beckham?

Entramos en agosto y apenas quedan 3 semanas para que dé comienzo la competición que con tantas ganas afrontan en el el Bernabéu. Tras el despido del usurpador del trono madridista, y con las demandas piperas bien satisfechas con la "españolacización" de la plantilla, Florentino busca poner la guinda a un pastel que tiene una pinta más que apetecible. Pero no será fácil, el presidente blanco tendrá que remangarse si quiere sacar a Gareth Bale de White Hart Lane. Daniel Levy se frota las manos ante la suculenta cantidad que puede sacar por su jugador franquicia, en una operación que promete batir todos los récords. La repercusión económica del fichaje es tal que nadie aún se ha planteado si el galés es realmente tan necesario para el Real Madrid.

Isco, Di María, Özil, Kaka', Modric y como no, Cristiano, seis jugadores para a priori tres puestos, ¿o quizá no? La posibilidad de que Cristiano pase a ser el 9 del equipo comienza a ganar fuerza, posición que ya ha ocupado en escasas ocasiones, donde ofreció un gran rendimiento. Pese a sus buenos números de ariete, el portugués prefiere arrancar desde la izquierda, lugar en el que su potencia no se ve limitada por las dimensiones del área. El fichaje de Bale supondría limitar a Cristiano, un precio más caro que el propio coste que podría tener la operación.

La encarcelación de Cristiano en el área sería una alternativa para que Bale encajara en el 11, pero no la única, y es que el galés tampoco desconoce la posición de delantero centro. Pero si el Madrid quiere a Bale para jugar de 9, lugar donde realmente el equipo podría necesitar algún refuerzo, ¿no sería mejor buscar en el mercado un verdadero especialista del área, y que de paso, saliera más barato? Con Cavani y Lewandowski ya fuera de mercado, Luis Suárez parece ser el único que puede detener el fichaje del galés  por el Madrid. El uruguayo ha firmado cifras que nada tienen que envidiar a las de Bale, ha dejado claro su deseo de salir de Liverpool y el precio de su fichaje sería la mitad de costoso que el del jugador del Tottenham.

Pese a que nadie discute la calidad del galés,  son demasiadas las dudas que aparecen sobre el papel que Bale pueda desempeñar en el Madrid, y cómo puede influir su papel en otros jugadores. ¿Será Bale el futuro extremo izquierdo del Madrid que convierta a Cristiano en el gran 9 que aún desconoce ser? Muy arriesgado con la renovación del portugués en el aire. ¿Será el galés el delantero centro que sustituya a Higuaín? No parece aconsejable, ya que la disputa sin vencedor entre el Pipita y Benzema fue la causante del bajón en el rendimiento de ambos en la última temporada, y además, ¿qué pasaría con Morata? ¿Puede ser Bale el verdadero sucesor de Roberto Carlos? Parece descabellado gastarse cerca de 100 millones € en reforzar un puesto que difícilmente será decisivo, por muy bueno que sea el jugador.

Todo parece indicar que el fichaje de Bale es otro ejemplo de la polarización, no solo del fútbol español, sino mundial. Barça y Madrid se rearman con los mejores. Anteponen la calidad a la necesidad, fichar un crack es quitarle un jugador a tu máximo rival. Pero no es la primera vez que esta estrategia se da en el Bernabéu. El Madrid de los galácticos comenzó su fin siguiendo este modelo, también con el fichaje de un británico, David Beckham, que no parecía tener hueco en un equipo formado por grandes estrellas de la talla de Ronaldo, Figo, Zidane y Raúl. Al igual que ahora, nadie se imaginaba que aquel equipo dejaría de ganar. Quién sabe si se repetirá la historia...

Aitor Soler

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