Canon a la información

Comenzó la Liga. Tras más de tres meses sin fútbol, entre otras cosas, por la huelga que hizo que no se jugara la primera jornada, vuelve el olor a césped, el sabor a pipas y el espíritu de los familiares de árbitros, linieres, porteros, entre otros, que son recordados cada partido por numerosas personas. Nos guste o no, es parte de la esencia del fútbol. Al igual que comprar la prensa para ver las alinieaciones, la previa, los resultados, la contraportada de algún que otro periódico...

Todo eso es el fútbol. Pues bien, después de la huelga, que dejó como protagonistas al sindicato de futbolistas y a la patronal (LFP), el deporte rey se vuelve a ver salpicado y ensuciado por este comité. Los compañeros periodistas, en concreto, las radios, no pudieron acceder a la mayoría de campos de primera y segunda divisón debido a la nueva ley que la Liga ha aprobado, en la cual se pide un pago por parte de estos medios para contar e informar de lo que ocurre dentro del campo. Digo yo, que para llamar la atención, sobra con disfrazarse de payaso y salir a la calle. Pero aquí parece que cada vez que se reúne la Liga sube el pan, ya que año tras año, el campeonato se encuentra sumido en un mar de experimentos con los horarios y jornadas, y ahora, con los compañeros periodistas.

Es muy facil hacer una llamada y pedir un pase para sus hijos, familiares o amigos, y así poder presenciar el partido en condiciones inmejorables, pero aquellos que viajan, cuya compañía los fines de semana se reduce a estos programas y a sus componentes, no les beneficia en nada. Si hace falta dinero, que desciendan al Madrid, al Barça, incluso al Hércules por sus deudas, o que las cobren. Pero es mucho más fácil cobrar a las radios, o descender al Alicante por impagos y deudas.

Ahora entiendo la lógica que envuelve al fútbol español, lástima que no sea sólo deportiva, como pasa en el resto de paises.

Carlos Bartual

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